El proceso de cambio tiene dos fases intermedias, en cierto modo “invisibles” y tres etapas de cambio formales. El proceso empieza con la fase preliminar de comprender la necesidad del cambio y, tras esta, el cambio debería seguir tres etapas:
- Construir el fundamento para un cambio.
- Construir el concepto de cambio.
- Implementar el cambio.
Tras la implementación del cambio, la actividad final de un proceso de cambio es llevar de nuevo a la empresa a su operación normal, con los resultados del cambio contemplados e introducidos en los procesos normales.
Con el proceso de cambio es importante recordar que:
a) Ignorar las dos primeras fases (construir el fundamento y construir el concepto) lleva al fracaso del cambio.
b) Sólo la tercera etapa del cambio, implementación, tiene que ver con el cambio real en la ejecución del proyecto y normalmente se considera como todo el proyecto del cambio.
c) La primera etapa se lleva a cabo normalmente como un trabajo invisible que el personal no ve y, a veces, tampoco la alta dirección de la empresa. Tiene que ser ejecutada por el iniciador del cambio.
d) La segunda etapa del cambio puede ser llevada a cabo dentro del ámbito de las operaciones funcionales normales de una empresa o como un proyecto separado, un grupo de proyectos o programa.
e) Finalmente, el último proceso “invisible” es la transición a las operaciones normales. Aunque no se considera una etapa formal de cambio, es extremadamente crítica a fin de que el cambio sea un éxito, y muy a menudo implica una tensión elevada en beneficio del equipo de implementación del cambio.
Por lo general, las tres etapas para el cambio junto con los dos procesos “invisibles” cumplen con los grupos de proceso de proyecto normales, con la primera etapa correspondiendo a los procesos de inicio del proyecto, la segunda a los procesos de planificación del proyecto y la tercera etapa a los procesos de ejecución del proyecto. El último proceso de cambio “invisible” es responsable de la transformación organizativa al nuevo estado. Los resultados del cambio se introducen en las operaciones normales de la empresa. Esto se corresponde con la evaluación normal del proyecto y los procesos de cierre.
El cambio con éxito sólo es posible si se tienen en cuenta ocho factores principales de éxito en la transición (los ocho factores en el cambio según John P. Kotter):
- Desarrollar la comprensión de la necesidad del cambio y de que es inevitable.
- Formar un equipo con autoridad y habilidades suficientes para liderar el cambio.
- Formar una visión minuciosa del cambio y de la estrategia de actividades necesarias para su implementación con éxito.
- Traspasar esta visión al personal, informarles de la estrategia global de las actividades, delegar autoridad y liderar por ejemplo personal.
- Eliminar obstáculos y respaldar las tareas arriesgadas y la creatividad.
- Entregar pequeñas victorias; descubrir y recompensar los éxitos dentro del alcance de una estrategia global y de una visión del cambio.
- Asegurar los logros y respaldar el movimiento continuo.
- Implantar los cambios logrados en la cultura y relacionar en la percepción de la gente el nuevo comportamiento con éxito.
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La conducta de las personitas no era agradable ni productiva, pero sí comprensible. Encontrar queso no había sido fácil, y para las personitas eso significaba mucho más que tener todos los días la cantidad necesaria del mismo. Para las personitas, encontrar queso era dar con la manera de obtener lo que creían que necesitaban para ser felices. Cada una tenía, según fueran sus gustos, su propia idea de lo que significaba el queso. Para algunas, encontrar queso era poseer cosas materiales. Para otras, disfrutar de buena salud o alcanzar la paz interior.
Para Kof, el queso significaba simplemente sentirse a salvo, tener algún día una estupenda familia y una confortable casa en la calle "Toast". Para Kif, significaba convertirse en un gran queso con otros a su cargo y tener una hermosa mansión en lo alto de las colinas "Camembert".
Como el queso era muy importante para ellas, las dos personitas se pasaron mucho tiempo decidiendo qué hacer. Al principio, lo único que se les ocurrió fue inspeccionar a fondo
Mientras que Oli y Corri ya se habían puesto en marcha, Kif y Kof continuaban vacilando y titubeando. Despotricaron y se quejaron de lo injusto que era todo lo ocurrido, y Kof empezó a deprimirse. ¿Qué sucedería si al día siguiente tampoco encontraban el queso? Había hecho muchos planes para el futuro basados en aquel queso...
Las personitas no daban crédito a lo que veían. ¿Cómo podía haber ocurrido aquello? ¡Nadie las había avisado! No estaba bien. Se suponía que esas cosas no tenían que pasar. Aquella noche, Kif y Kof volvieron a casa hambrientos y desanimados; pero, antes de marcharse de
"CUANTO MÁS IMPORTANTE ES EL QUESO PARA UNO, MAS SE DESEA CONSERVARLO"
Al día siguiente, Kif y Kof salieron de sus respectivas casas y volvieron a
Kof cerró los ojos lo más fuerte que pudo y se tapó los oídos con las manos. Quería desconectar de todo. Se negaba a reconocer que las reservas de queso habían ido disminuyendo de manera gradual. Estaba convencido de que habían desaparecido de repente. Kof analizó la situación una y otra vez y, al final, su complicado cerebro dotado de un enorme sistema de creencias empezó a funcionar.
–"¿Por qué me han hecho esto?"– se preguntó. –"¿Qué está pasando aquÍ?"–. Abrió los ojos, miró a su alrededor e inquirió:
–"Por cierto, ¿dónde están Oli y Corri? ¿Crees que saben algo que nosotros no sabemos?"–.
–"¿Qué quieres que sepan?"– espetó Kif en tono de desprecio. –"No son más que ratones. Reaccionan ante lo que ocurre. Nosotros somos personitas, somos especiales. Tendríamos que ser capaces de dar con la solución. Además, merecemos mejor suerte que ellos. Esto no debería ocurrirnos y si nos ocurre, al menos tendríamos que recibir una compensación"–.
–"¿Por qué tendríamos que recibir una compensación?– quiso saber Kof.
–"Porque tenemos derecho".
–"¿Derecho a qué?"– preguntó Kof.
–"Tenemos derecho a nuestro queso".
–"¿Por qué?"– insistió Kof.
–"Porque este problema no lo hemos creado nosotros"– respondió Kif. –"Alguien ha provocado esta situación y nosotros tenemos que sacar provecho de ella".
–"Tal vez sería mejor no analizar tanto la situación. Lo que deberíamos hacer es ponernos en marcha y buscar queso nuevo"– sugirió Kof.
–"¡Oh, no!"– repuso Kif. –"Voy a llegar al fondo de todo esto".
Mientras Kif y Kof seguían discutiendo lo que debían hacer, Oli y Corri ya se habían puesto en marcha y habían recorrido muchos pasillos, buscando queso en todas las Centrales Queseras que encontraban en su camino. No pensaban en otra cosa que no fuera encontrar queso nuevo.
Pasaron mucho tiempo sin encontrar nada hasta que, al final, llegaron a una zona del laberinto en la que nunca habían estado:
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