"No emplees tu tiempo sólo en trabajar. Úsalo también para convencer... y generar así los acuerdos"

"No emplees tu tiempo sólo en trabajar. Úsalo también para convencer... y generar así los acuerdos"
gidval@gmail.com - (Valencia, España)

TRANSLATE THIS PAGE and leave us a comment (if you want to), even in any other language. thanks.

miércoles, 28 de octubre de 2009

¡No me lo creo!

Cuando un director de doblaje asume la responsabilidad de dotar a una película de un idioma distinto a la V.O., es consciente de que asume un reto que impregnará de valor o de vulgaridad a un film. Por eso, un director lleva a cabo un cuidado proceso de selección de los actores de doblaje en función de las características del personaje a doblar, así como del estilo de papel que ha de asumir.

Hay que tener en cuenta que el actor de doblaje debe “metamorfosearse” en quien ve en la pantalla que tiene ante sus narices, adquirir ese rol variable en una u otra situación y expresar apoyado únicamente en la voz. No cuenta con recursos faciales ni movimientos propios que pueda captar la imagen, porque esas expresiones y movimientos ya están ahí y no queda más remedio que adaptarse. Su voz, por tanto, es la única forma de convencer al director y, por ende, al público.

En realidad, cuando digo “voz” digo expresión, intención, interpretación y comunicación mediante un sólo canal (cuerdas vocales). Por eso, el actor debe convencerse a sí mismo de que en ese momento es quien debe ser. Puede parecer gracioso, pero en el fondo no tiene nada de ello cuando el director le explica previamente al actor su identidad provisional: “eres un dragón que tiene problemas de garganta y cuyo único recurso es conseguir los caramelos de la torre del castillo”, por ejemplo. No sé (todavía) cómo narices lo hacen, pero el actor termina siendo un dragón con faringitis.

Por eso, una de las expresiones que más usa un director de doblaje es esa: “no me lo creo”. No se cree al personaje, no se cree el realismo del que debe quedar vestida la acción o situación concreta, no se cree las emociones que en teoría debe mostrar la secuencia cuando con la voz no se ha dotado de la identidad concreta y precisa que requiere lo que la película pretendía mostrar. Y si el director no se lo cree, se repetirá cuantas veces haga falta hasta que ella o él se lo termine creyendo. A tozudez pocos les ganan porque deben ser perfeccionistas, porque el trabajo debe presentarse con el principal de los requisitos en ese mundo complicado (que aunque no lo parezca, lo es y mucho): convencer.

Por eso el director “vive” y “siente” cada personaje como debe hacerlo el actor. Y por eso exige que el actor “viva” y “sienta” cada personaje como ella/él mismo hace. Como adivinarán, ese trabajo no está exento de roces porque un actor de doblaje tiene, al fin y al cabo, su propio criterio (“¡Pero si lo he hecho bien!, ¿por qué puñetas tenemos que repetirlo?”). Pero hay algo que se le olvida fácilmente: el director está situando un personaje dentro de un contexto global en el que también interactúan otros personajes (que en muchas ocasiones el actor no verá, porque en ese mundo se trabaja “take” a “take”). Por eso hay muchas ocasiones en que aparece, y con razón, la dichosa frase: “no me lo creo”. Y si no aparece –porque el actor es un profesional con mucha experiencia y los directores son personas que aprenden pronto a manejar la sutileza- se insinúa mediante la sugerencia a los matices, pero el significado es el mismo.

Así son también las ventas. El vendedor es un señor o señora que tiene que creerse, desde un principio, su producto o servicio. Si no se ha empezado por ahí, la cosa comienza mal, muy mal (y mejor que no comience). El director empleará la exposición del contexto y las sugerencias oportunas para que el vendedor-actor convenza a los clientes-público. Y si el público-mercado potencial “se cree” lo que el vendedor quiere transmitir, la operación podrá llegar a buen fin. Por eso, como puse junto a la pequeña foto en el encabezamiento del blog, “no emplee su tiempo sólo en trabajar; úselo también para convencer… y generar así los negocios”.

10 comentarios:

  1. Bueno... Mira que si algún director de doblaje es aficionado a las películas subtituladas...
    Será cuestión de que tiene que convencerse de que su trabajo trasmita calidad!

    ResponderEliminar
  2. Hola germán:

    tengo gente en la oficina que ha doblado y dicen los mismo que tu. Hay que creerse y vivie el personaje. me ha gustado la similitud que haces con las ventas, porque no hay nada peor para un vendedor no creer en lo que está vendiendo. puede concoer todas las técnicas, pero si no es creible, no realizará la venta.
    A todos nos ha pasado alguna vez. Tampoco la sobreactuación funciona. O al menos eso pienso.
    Buen post.

    un abrazo

    ResponderEliminar
  3. Hola Germán:
    Y me pregunto yo: En esta sociedad tan salvaje que hemos creado, donde todo vale con tal de "colocar" algo al cliente (vease la presión de las operadoras telefónicas), ¿queda algún resquicio para gente honrada que se cree su producto y que realmente quiera dar servicio al cliente?
    Sí, ya sé que la respuesta es que sí, pero es que echo en falta gente como tu con planteamientos realmente sinceros y nobles.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Hola German, en parte comparto tu exposición. Efectivamente el vendedor se tiene que creer que lo que vende merece la pena. Pero para eso debe trabajar no solo por necesidad sino por convicción también. Luego lo que vende o son caprichos o necesidades y ha de elgir su público en fucción de esto. Y por último hay algo que he apredido en la vida y lo tengo clarísimo es que nadie convence a nadie. "la gente se convence" y esta es la parte más difícil creo yo. El convencer al cliento no solo que lo vende es lo mejor sino que a su cliente le viene bien comprarlo.
    El tema está bien planteado sin duda.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  5. Hola Germán:
    Me ha encantado el analogismo que planteas, porque se corresponde con el modelo de ventas más estudiado en el mundo (el SPIN). Si tú no te crees el producto que vendes, vas de c...
    Muy buen post, amigo mío.

    ResponderEliminar
  6. Hola, Gabi:
    ¡Vaya! la verdad es que si a un director de doblaje le gustan más las películas subtituladas es seguramente debido a que no encuentra calidad suficiente en los actores que dirige. Pero también es cierto que hoy en día la productividad y rentabilidad se está imponiendo en ese mercado... lo cual no es de extrañar.
    Gracias por pasar, Gabi.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  7. Hola, Fernando:
    aunque donde yo me defiendo bien es en la locución publicitaria y corporativa (siempre que me dejen tiempo, ¿verdad, Josep?) el doblaje -como la venta- comienza siempre por creérselo uno mismo. Por cierto, ¿han doblado... y no siguen? ¡Ya me gustaría a mí meter la nariz, porque de ahí no me sacaban! De hecho, como consiga establecer un vínculo con una distribuidora para ofrecer el estudio con el que colaboro, ni el aguarrás funcionaría conmigo.
    Pues así son las ventas: creyendo, trasladando con sincera efectividad tu propio convencimiento y "pegándote" al cliente mediante un trabajo más que atento (de esto sabéis mucho en Divertia).
    Por cierto: una entrevista genial. También me quedaría con la definición del 23.
    Un abrazo, Fernando.

    ResponderEliminar
  8. Hola, Javier:
    Es una pena que muchas ventas deban hacerse por necesidad, porque este aspecto termina haciendo ver al cliente -que nadie tiene un pelo de tonto- que no existen ventajas o aspectos diferenciales sobre el producto de la competencia. Ahora bien, "colocar" (en el sentido que expones) pertenece más al mundo de la manipulación que al de la venta entendida como beneficio mutuo. No obstante, hoy en día estamos cada vez más curados de espanto.
    Te agradezco de verdad tu calificación, pero me vas a sacar los colores, Javier.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  9. Hola, Katy:
    de alguna forma, la gente se convence cuando ve que puede dejar las puertas abiertas a los razonamientos del vendedor. Ciertamente, la venta ética es la venta que persigue el beneficio de ambas partes; y es también la venta efectiva porque, sin lugar a dudas, es la que consolida una relación comercial. Aquí, quien trabaja para ser flor de un día (en este caso, de una operación) termina marchitándose.
    Gracias por tu aportación, Katy.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  10. Hola, Josep:
    ... o como siempre han dicho en nuestro pueblo, ir tirando del hilo hasta descubrir dónde le pica al cliente. pero efectivamente, hay que creer.
    Fíjate, te pongo un ejemplo: el otro día envié un prospecto de trabajo a un amigo mío, sobre el que yo mismo no estaba al 100% convencido. A causa de la premura impuesta salió diferente a como yo esperaba que debía de salir. Ciertamente son matices (cuando se cuente con los medios propios se cuidarán con esmero) pero para que uno esté contento con lo que hace, debe pulir hasta el último detalle que le sea posible. Y esto me hace añadir que se "vive" de forma distinta un producto o servicio en función de la afinidad y el vínculo que hayas creado con lo que representas (o pretendes representar).
    Un fuerte abrazo y gracias por todo.

    ResponderEliminar