"No emplees tu tiempo sólo en trabajar. Úsalo también para convencer... y generar así los acuerdos"

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viernes, 9 de octubre de 2009

La vie en rose


Una forma evidente de automotivarse comienza por creer en lo que estamos haciendo o vamos a hacer. No necesitamos de nada ni de nadie que nos anime o nos felicite paso a paso. El impulso lo generamos nosotros mismos sin necesidad de influencias externas pues, lógicamente, esto último trataría de la motivación (sin “auto”).
Automotivarse no proviene de una cualidad genética. Es un deporte, un hábito que se convierte en habilidad. Perfeccionar una cualidad hasta llevarla al rango de la excelencia, sin embargo, no significa que la cualidad sea innata o adquirida. Por esa misma razón tenemos muchas veces la sensación de impedimento: no consideramos nuestra capacidad de adquisición de determinadas cualidades. Sin embargo, cuando somos capaces de valorar objetivamente nuestras capacidades y oportunidades, ejercemos nuestro derecho a la adquisición de la cualidad.


Automotivarse significa disponerse a desarrollar y pulir la cualidad. Nosotros mismos. Leo en un artículo que la automotivación es “una actitud, un hábito del pensamiento, un modo de vida que se genera a través de la realización del potencial en reserva que tenemos”. Sí, desde luego que el fijar metas y seguir adecuadamente un plan de acción organizado son factores esenciales en el desarrollo de la automotivación. Desde luego que podemos ser personas de iniciativa, de arranque… pero nos sentiremos impulsados hacia nuestras metas cuando reconozcamos cuáles son realmente. E indiscutiblemente, estas  metas deben ser reales, mensurables y alcanzables, y eso significa que, antes que nada, debemos ser sinceros con nosotros mismos. Porque siendo sinceros, sabremos de antemano que tenemos que pagar un precio: el trabajo, el cansancio, el desgaste, el riesgo, etc. deben ser elementos que forman parte del carácter realista de nuestras automotivación. Creo que todos (o casi todos) recordamos aquella frase de la serie de los 80: “La fama cuesta, y aquí es donde vais a empezar a pagar, con sudor”.


Y es que me hace mucha gracia cuando leo párrafos y más párrafos que iluminan las supuestas mentes obtusas con ese mensaje de “No, si tú en realidad puedes; lo que pasa es que eres tonto y no lo sabes (que realmente puedes, o que eres tonto, o quizá ambas cosas)”. Un ejemplo de lo que leo es lo siguiente:
  • Piensa en positivo (desde luego, amigo mío, usted se ha lucido aquí. ¿Cree usted que pensando en negativo, o en neutro, voy a automotivarme?)
  • Rodéese de gente motivada y motive a los demás (y viviremos todos en los mundos de Yuppie).
  • Crea en sus posibilidades (se lo digo yo: usted, cuando de verdad se lo proponga, puede llegar a ser Spiderman. Y no me cuente cuentos: si no lo es, es porque en el fondo no se lo ha propuesto).
  • Piense en la recompensa de sus acciones y en el resultado final (hace unos años vi en la primera página del libro de un amigo una frase que él había escrito: “Voy a ser millonario”. Veinte años después, está en camino. Es mileurista, pero seguramente es que ha decidido mantenerse pacientemente en la senda, quizá siguiendo el ejemplo del libro de autoayuda).
  • Sea agradable (será que la actitud de mala leche no lleva a la automotivación).
  • Procure convertir lo desmotivante en motivante (me suena a aquello de “en esta casa, comer no comemos… ¡pero nos reímos más!...”).
  • Haga una lista de éxitos, empatice con la persona desmotivante, tenga deseos de cambiar, piense en verde, en azul, en amarillo…
En rosa. Parece que tengamos que pensar en rosa, que vestirnos de rosa… y “la vie en rose”, así de fácil. Nada de trabajo. Nada de esfuerzo. Ninguna alusión a la disposición al sufrimiento, a las pegas, a las dificultades diarias (¿será que si se incluyen esos contenidos, los libros no se venderán?). Don’t worry, be happy, Hakuna Matata, campeón, si esto está tirao sólo con que te lo creas…


Eso no es automotivación. Son cuentos del Coyote. Las pretendidas enseñanzas en automotivación, además de aplicar la definición y realismo en una meta, pasarían por un primer punto: establecer el verdadero grado de dificultad y evaluar el desgaste. Cuando procedemos a esa evaluación y la asumimos, comenzamos a automotivarnos si                –voluntariamente, sin estar forzosamente sujetos a condicionantes de necesidad y/u obligación-  ejercemos nuestro derecho libre de afrontar y superar el esfuerzo. Pensar sólo en las bondades y beneficios del objetivo yo lo llamo mera aspiración. Si la intención no proviene de nuestro interior, si procede de alguien que pretende inculcar esas pautas en nosotros,  basarse exclusivamente en esas pretendidas visiones para obtener del “motivado” un esfuerzo, lo llamo manipulación. Tener plena conciencia de lo que cuesta y del sudor que cada día hemos de pagar, manteniendo aún así firme nuestra disposición, eso sí es automotivación. Lo demás son historias.


10 comentarios:

  1. Hola Germán:

    De acuerdo en el planteamiento que haces sobre la automotivación. Sólo teniendo conciencia de lo que cuestasn las cosas se consigue.Puedes tener referencias, apoyos, pero es la disposición de uno para "sufrir" lo que realmente da valor a la automotivación. EL resto, cuentos o caricias.
    Un saludo y felz fin de semana

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  2. Hola Germán,

    Me ha encantado la metáfora de Spiderman...

    Recientemente volví a entrar en un debate alrededor de la famosa frase "el que no encuentra resultados, busca excusas"... cuántas veces los objetivos son sencillamente inalcanzables y lo que hacemos en cargarnos con un estrés extraordinario por intentar lo que no puede ser (que además suele ser imposible, ya se sabe).

    Por eso en lo que tiene que ver con los objetivos personales me parece muy importante no hacerse trampas al solitario, y lo que veo de verdad más difícil de todo es conocer hasta dónde puedes llegar. Salvo honrosas excepciones me parece que la ayuda externa viene fenomenal para encontrar los límites y aprender a expandirlos.

    Muchas gracias por la oportunidad de comentar y un saludo muy cordial,

    Jaime

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  3. Hola, Fernando:
    me ha encantado tu frase. Podíamos sentenciarla de esta manera (ojo, el mérito es tuyo): la automotivación es directamente proporcional a la disposición al sufrimiento (entendiendo por sufrimiento su índice real de coste).
    Gracias por pasarte, Fernando.
    Un abrazo.

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  4. Bienvenido, Jaime, y gracias por acercarte por aquí.
    Déjame que empiece por el final, porque me parece muy importante la referencia que haces en cuanto a la ayuda externa para reconocer los límites... y ahí está el quid de la cuestión. Los consultores sois profesionales que practican los balances: hay un "haber", pero existe también un "debe" que es necesario pronosticar. En realidad, en el artículo critico tanto positivismo gratuito que funciona por ahí.
    Muchas gracias por tus comentarios, Jaime.
    Un abrazo.

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  5. Me parece que la línea editorial de tu blog está clara y que circula por los carriles de la desmitificación. A mí me parece estupendo porque, como muy bien indicas, parece que sólo hay un "haber" desechando que tambien hay "un debe".
    Hace tiempo escribí un post dedicado a los cantamañanas (singermornings) si recuerdas, que venía a incidir en eso mismo que nos indicas.
    Lo sorprendente es el enorme calado que tiene en nuestro país estas recetas "de éxito seguro" que se venden como rosquillas aunque cueste encontrar a alguno que reconozca comparlas. Es lo mismo que Gran Hermano, todo el mundo niega verlo pero la cuota de pantalla indica lo contrario. Yo me pregunto si eso forma parte de algún plan de la CIA para intoxicarnos vía aborregamiento. Y no creas que exagero porque la publicación en España de Readers Deagest, de la que mi padre era un devoto lector, fue una maniobra de la mencionada agencia.
    Si la automotivación es con anabolizantes, seguro que no pasa la primera prueba antidoping.
    Muy buena entrada.

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  6. Creo que la automotivación puede nacer en buena parte en la valoración de nuestro trabajo, la ajena y la personal, la sensación de que lo que hacemos esta bien, pero no pensando en grafico de paretos, targets o metas, sino como un darse cuenta de índole más interna.

    Saludos

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  7. Hola, Josep:
    Desecho un planteamiento basado simplemente en la idea y no poniendo por delante el coste. No es que identifique lo que digo con un artículo tuyo que recuerdo, en el que una abuela extiende el dedo corazón hacia arriba y el contenido termina con la frase "si quieres que te cante, la pasta por delante". Creo que en las exposiciones recientes del management de salón, en general, se ha dejado de lado la filosofía del esfuerzo. O yo no entiendo nada, o es que quizá sea verdad que tenemos que dar la bienvenida a un Mr. Marshall en nuestras mentes. Mi padre me dijo muchas veces que "para gastar una peseta, tienes que haber ganado primero tres".

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  8. Hola, Gabiprog:
    Sin duda. Y como bien dices, la automotivación nace inicialmente de la idea, de la sana aspiración (¿recuerdas aquel artículo de Josep que hablaba de la visión?). No atendemos inicialmente al pragmatismo, al materialismo o incluso a la estructura cuando se concibe la ilusión. ¿Está eso mal? No, creo que no.
    Pero es que lo que yo pretendo resaltar es la presentación, por parte de los ases de Gurulandia, de las "maravillosas oportunidades escondidas" que la persona puede alcanzar, como si no tuviesen su contrapartida. Nunca he visto un libro que terminara diciendo: "todo esto que le digo está muy bien, caballero. Pero mire, le prevengo: esto que le digo le va a costar mucho esfuerzo".
    Pero no dejo de estar de acuerdo con tu idea.
    Gracias por tu aportación, Gabiprog.
    P.D.: por cierto, como uno de tus lectores comentaba, carece de importancia aquello de la identidad. Pero a mí me intriga lo de los caracoles... ¿Por qué caracoles?

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  9. Perdón, Josep:
    donde decía "no poniendo por delante el coste" debía decir "no teniendo el cuenta el coste". ¡Era más rápido incluir esta corrección que cargarme el comentario y hacerlo de nuevo! (compréndelo, las horas...)

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  10. Ja,ja,ja. No te preocupes porque he leído de la misma tirada tus dos respuestas así que no me ha dado tiempo a pasmarme.
    ¡Saludos!

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