"No emplees tu tiempo sólo en trabajar. Úsalo también para convencer... y generar así los acuerdos"

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gidval@gmail.com - (Valencia, España)

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viernes, 27 de noviembre de 2009

Relájese


Me recomendaba mi amiga María Hernández en su blog (aprovecho para decir que el de este enlace es uno de los artículos más humanos que he leído en la red -¡gracias, amiga!-) algo que motivó el contenido de este artículo. Ciertamente, nada tenía que ver su consejo con contenidos empresariales o laborales, pero creo que  la lógica de su aplicación es aplastante.

Es necesario que descansemos. Es necesario ser transmisores de tranquilidad y de equilibrio, de humor estable y de claridad en ideas. Por eso es necesario que descansemos. Y no me refiero a marcharnos de vacaciones (que son muy importantes) sino a la obligada desconexión diaria. Si somos de esos que no terminan su jornada, de esos que siguen dándole vueltas y más vueltas a la cabeza sobre tal o cual asunto hasta que logran conciliar el sueño… tenemos un problema. Puede que seamos unas fieras manteniendo la tensión durante extensos periodos de tiempo, pero nos engañamos a nosotros mismos si tratamos de convencernos de que eso no pasará factura.

El descanso –la relajación- es sumamente importante para mantenerse en estado de equilibrio mental, para afrontar la tensión sin sobresaltos y conservar nítida nuestra capacidad de decisión. Es relativamente fácil dejarse llevar por el impulso cando el hastío y el agotamiento psicológico comienza a hacer acto de presencia, ya que entonces surge el riesgo de transmitir en nuestros equipos la sensación de inseguridad, de intranquilidad e incluso de confrontación interna.

Es necesario que descansemos. Y no solo es necesario por nosotros y nuestros equipos, sino también por el bien de nuestras familias –especialmente de nuestros hijos-. Porque pudiera ser que, en ocasiones, no nos demos cuenta de que esa misma inseguridad que no queremos transmitir en nuestro entorno profesional la podamos llegar a permitir en nuestros hogares. Quizá de forma involuntaria concedamos patente de corso a la preocupación y los nervios en casa, como si ese entorno sólo nos perteneciese a nosotros y nuestra decisión de proceder.

Es necesario que descansemos y nos tomemos tiempo para pensar. Para programar nuestras acciones, nuestros proyectos y nuestras estrategias, peo también para establecer nuestro plan diario de vida, ese que dice que cuando salimos por la puerta de la oficina, la fábrica, el comercio, el taxi, el escenario o la cocina del restaurante, nuestro lado profesional se ha quedado allí dentro (a no ser que sea para compartir algún éxito, logro o ilusión rutinaria que la jornada nos ha deparado).

Es necesario que descansemos, porque tenemos que economizar nuestros esfuerzos físicos y mentales. Porque debemos encontrar formas de asueto y de distracción que nos despejen de los procesos que ocupan nuestra cabeza y nos inquietan. Incluso por el simple hecho de que lleguemos a la conclusión de que pre-ocuparse es ocuparse antes de tiempo, lo que conduce a la inquietud. Necesitamos tener dominio de nosotros mismos, de tener el control de nuestras emociones.

Es necesario que descansemos y que seamos nosotros mismos, sin dejar que otras facetas puntuales se apoderen de nuestra personalidad y la percepción que nuestro entorno tiene sobre nosotros. Aunque se trate de una intención egoísta, aunque pretendamos crear una imagen artificial en ese momento… Da igual, siempre y cuando reporte beneficios a todos. Si –incluso no siendo sinceros con nosotros mismos- hemos logrado contagiar sosiego y equilibrio, entereza y tranquilidad aun a costa de contener quizá una tendencia natural al nerviosismo, engañémonos. Actuemos, finjamos si es necesario, porque perseguimos y logramos un buen fin.
Es necesario que descansemos para poder mantenernos bien firmes.

22 comentarios:

  1. Hola Germán:
    ¿No se te hace extraño que a estas alturas de nuestra civilización tengamos que estar hablando de ésto?
    ¿Vivimos para trabajar o trabajamos para vivir?
    ¡Ah, claro! Es esto último, pues entonces sí que es necesario recordalo.
    Permíteme la ironía porque creo que hemos perdido el norte. Comentaba hace unos días en una entrada de Fernando López que cuando vas en el metro o en el autobús no ves ni una sonrisa. Todos son expresiones tensas y tristes.
    Al final tienes toda la razón: hay que recordarlo de vez en cuando.
    Un abrazo.

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  2. Hola Germán el descanso para la mente y el cuerpo es imprescindible. Y se consiguie cambiando de actividad, romper con la rutina, cambiar de aires, desconectar...
    Y esto antes no hacia falta, porque se conseguía automáticamente, entraba en la rutina de la vida. ¿Por qué ahora?
    Estamos alienados, no vivimos nuestra identidad de seres humanos sino los canones que la sociedad nos impone. estamos robotizados. Hacemos lo políticamente correcto. Contar minutos para rendir más. "Aprovechar el tiempo" pero no para nuestro cuerpo y alma.
    Es un tema que da mucho de si para reflexionar, comentar.
    Un abrazo y feliz finde

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  3. Genial, me ha gustado mucho (incluso me ha relajado, ¡fíjate!).

    Toda la razón del mundo, estamos en este mundo tan acelerado que parece que si paramos un poco o si nos relajamos estamos dejando pasar grandes oportunidades???

    Y sin embargo, quizás haya que hacer de vez en cuando como en aquel cuento que puso Yoriento en su página, el del leñador que cada día, por más empeño que ponía, cortaba menos árboles, hasta que alguien le dijo que de vez en cuando debía dedicar también tiempo a afilar el hacha.

    Un abrazo
    Pablo Rodríguez

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  4. Hola Germán:

    Esta vez soy yo quien "celebro" que mi post te haya servido de insparación para éste que, permíteme que te diga, te ha salido "redondo, redondo".

    Me han gustado también las palabras de Katy "no vivimos nuestra identidad de seres humanos sino los cánones que la sociedad nos impone".

    Si lo tuviéramos más presente, otro gallo nos cantaría. Podemos llegar a ser muchas cosas, pero no debemos olvidar lo que, básicamente, somos...PERSONAS...con vida.

    Cuando tenía unos 11 años o así, mientras cubría la noticia de la muerte de Bob Marley para el periódico escolar, tuvimos grandes problemas técnicos con la "multicopista" (¿se acuerdan de lo que era?, jeje, ¡qué tiempos!). Mi artículo no iba a poder publicarse en "tiempo" y la noticia casi iba a salir para cuando se celebrara "la misa del mes"; un desastre, un horror, un..¡Agggggg que explotooo!. Realmente estaba muy contrariada, ¡tremendo problema!. Un monitor que nos ayudaba con el periódico, me contó que su abuelo, cuando tenía un problema, le preguntaba: "¿Tiene solución?, si la tiene, no te preocupes y si no la tiene, tampoco te preocupes". Tenía razón, Marley no iba a resucitar por más que nos gustaran sus canciones.
    No fue hasta años más tarde cuando le pillé toda la dimensión a esa "frase". Si algo tiene solución, no hay que preocuparse, sino trabajar para lograrla, poner un pie delante del otro y caminar. Si algo no tiene solución, hay que afrontarlo y aceptarlo como algo "finiquitado", acabado y, en todo caso, seguir adelante con otra cosa.

    Ni siquiera yo guardo un ejemplar del "maravilloso" periódico escolar, donde la noticia de la muerte de Bob no cogió por sorpresa a nadie, pero que bien documentadito estaba el artículo. En cambio, siempre recordaré la frase de aquel abuelo.

    Aprovechemos este fin de semana para empezar a "relajarnos".

    Un fuerte abrazo, Germán...gracias por todo.

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  5. El descanso siempre es necesario, aunque sean unos minutos para meditar, para encontrarnos en la soledad de nuestro interior.

    Maravillosa reflexión.

    Me quedo viendo tus posts anteriores, me gusto mucho descubrir tu blog.

    Saludos.

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  6. Hola Germán:
    Te escribo este comentario cuando la tarde del viernes ya vence y me dispongo, después de tres semanas, a disfutar de un fin de semana como Dios manda es decir, descansando.
    De tu reflexión extraigo algo no diré que nuevo pero sí que olvidado: descansemos por nuestro propio bien y sobre todo por el bien de todos los que nos rodean.
    O sea, que a descansar.
    Un abrazo y hasta el lunes.

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  7. Hola, Javier:
    bienvenida tu ironía, que también es una forma de desconexión. Pero es que aprender a funcionar con una sonrisa por la vida no es tarea fácil, ¿verdad? En cualquier caso, evadirse es necesario aunque sea para olvidar que cada vez más vivimos para trabajar.
    Un abrazo y muchas gracias, Javier. A descansar este fin de semana, ¿vale?

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  8. Hola, Katy:
    me parece muy interesante el concepto que das al hecho de aprovechar el tiempo con más perspectivas que la profesional y la de las obligaciones. Nos deberían dar más formación en desconexión, para hacernos ver lo importante que es para el rendimiento.
    Muchas gracias por tus comentarios, Katy.
    Un abrazo y buen fin de semana.

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  9. Hola, Pablo:
    buen ejemplo el que pones de Alfonso. En cualquier caso, te leí en uno de tus artículos que precisamente esta época andabas algo más liado con el trabajo, por lo que el tiempo que podías dedicar a la blogosfera estaba algo más comprimido. Cuidado. Busca los complementos adecuados a esa nueva carga de trabajo, porque creo que tienes una niña, ¿no es así?
    Pues a disfrutar de ella este fin de semana, Pablo.
    Un abrazo y muchas gracias.

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  10. Hola, amiga:
    sí, tú me recomendaste el descanso y fuiste la instigadora de este artículo. La vida no la tenemos por duplicado, no se puede repetir la jugada, de modo que parece que debemos poner nuestro granito de arena para sacarle partido desde el punto de vista personal. Eso implica reconsiderar las preocupaciones, aunque es cierto que hay que hacer grandes esfuerzos para lograr el pragmatismo (somos humanos, al fin y al cabo) que nos lleve a pensar que las cosas no deben preocuparnos hasta tal grado. Lamento que no tengas ese ejemplar, porque nos hubiéramos divertido con la noticia de tu infancia (parece que los servicios de documentación ya empezaban a arraigarse en ti).
    Gracias como siempre, María.
    Que descanséis Carlos y tú.
    Un fuerte abrazo a ti también.

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  11. Hola, María:
    bienvenida a este trozo de reflexiones. He podido comprobar que tu página está llena de ellas y te agradezco el cumplido. Espero que tengas a bien acompañarnos cuando y cuanto quieras, porque seguro que enriquecerías lo que aquí podamos aportar.
    Muchas gracias por acercarte, María.

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  12. Hola, Josep:
    espero que donde vayas no te encuentres al primo Ovidio, porque podéis seguir hablando sobre la situación por la que pasamos y, aunque terminéis llegando a la conclusión de que esto tiene arreglo, el desarrollo no va a dejarte descansar como es debido.
    Que disfrutes del merecido fin de semana.
    Un abrazo, amigo. Yo trataré de hacer lo mismo (descansar, porque de casa no me muevo).

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  13. Me he leido algun parrafo dos veces, no por su complicidad, si no para aumentar mi poso de memoria respecto a lo que has escrito.
    Gran entrada.

    Todo es contagioso, la sonrisa lo es, pero también el gruñido... Conviene recordarlo.

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  14. Hola, Gabi:
    y también es fácil dejarse llevar por el contagio de lo segundo. Es la tendencia a reacciones primitivas, ¿no es cierto? Sobre todo cuando hemos dejado que la tensión gane terreno en nuestra cotidianeidad.
    Como siempre, gracias por tus comentarios.
    Un abrazo.

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  15. Hola Germán:

    Sí, señor. Relajarse. Yo añadiría relativizar las cosas. El trabajo muchas veces marca el resto de nuestra vida. Con el tiempo, uno va aprendiendo, que ni el trabajo es el centro del universo ni que uno es el ombligo del mundo que puede solucionar todos los problemas. Ahora mismo, yo me estoy relajando escribiendo en tu blog. Y planeo el resto del fin de semana relajándome escribiendo algo más, cocinando, viendo a los amigos, paseando y, en definitiva, olvidándome del trabajo y sus inconvenientes. el lunes será otro cantar. Cuando no te relajas pasa lo quedice Javier, sólo ves caras tristes y abatidas.
    Eso no mola.
    Un abrazo

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  16. Me gusta la frase del poeta húngaro Attila József (1905-1937): “Los hombres que no saben divertirse me dan miedo”. No obstante, hay que decir que la auténtica conciliación es estar bien uno mismo. Y que por tanto, el ocio no debe ser refugio para escapar del trabajo. Hay que disfrutar del tiempo de negocio. Y a veces "ocio" y "negocio" se fusionan y no se sabe muy bien dónde empiezan y acaban uno y el otro. salu2.

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  17. Hola, Fernando:
    yo (que no es que no sea el ombligo del mundo sino ni siquiera de mi propia casa) estoy aprendiendo a reubicar mis prioridades. Por un lado, ese problema familiar grave que te conté tiene mucho que ver; pero por otro, me voy decantando por otros aspectos profesionales que débilmente van asomando. En conjunto, no puedo (mejor dicho, no estoy dispuesto a) acceder a una espiral de pre-ocupaciones y he decidido tratar las cosas paso a paso, día a día. De modo que los plazos vista los he acercado considerablemente. Y la verdad, me da buen resultado.
    Oye, tu técnica de relajación promete. Me cabe la curiosidad del resultado (especialmente el de la cocina, jejeje...).
    Un abrazo y gracias por la reflexión, Fernando.

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  18. Caramba, Francisco, estupenda introducción. Nada que objetar a la frase, no cabe duda. Mi padre era una de esas personas que responden al perfil que expones, por lo que no requería de demasiado descanso como medida paliativa del trabajo. Creo que es una suerte poder llegar a ese nivel de conciliación. Pero cuando no es así, me quedo con tu razonamiento en cuanto a que el ocio significa desconexión y no escapatoria: los lunes seguirán siendo lunes, lo que significa que habría que analizar el problema desde una perspectiva muy distinta.
    Muchas gracias por tu complemento, Francisco.
    Un abrazo.

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  19. La mayor parte de las personas que conozco dirían que este tema es importante y bla, bla... pero viven entendiendo que descansar es solo dormir... y a veces ni eso... además es también habitual que aunque nos dispongamos a la relajación solo la alcancemos en lo físico mientras que nuestras mentes siguen trabajando en algún lugar.

    Algunos creemos que solo haciendo descansar a nuestros pensamientos puede la mente funcionar bien. Así pues, yo propondría los estados de relajación mental como modo de vida. La realidad nos sacará de ellos, pero el gesto puede ser el de intentar recuperarlos constantemente.

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  20. Muy bien, Alberto. Invertir el orden también podría ser una medida inteligente siempre que no se pierda el hilo conductor del pensamiento analítico al abordar las cuestiones que van surgiendo (el peligro, para quien no obtuviese un hábito inteligente, sería caer en el funcionamiento por impulsos). Sé que no hablas de mantenerse en un estado de encefalograma plano -entre otras cosas a las neuronas hay que mantenerlas constantemente entrenadas- sino de ocupar la mente en deportes ajenos a la preocupación.
    Buen aporte, Alberto, muchas gracias.
    Un abrazo.

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  21. Totalmente de acuerdo contigo, Germán, lo que ocurre es que vivimos en una sociedad tan estresante, que a veces es difícil desconectar. Recomiendo marcarse un horario y una agenda semanal, y tratar de cumplirlo a rajatabla para poder salir del trabajo a una hora decente y poder dedicar un tiempo a nuestro hobby, deporte o afición favorita, para estar con nuestra familia y con nuestros amigos y descansar, como bien apuntas, sobre todo desde un punto de vista psíquico.

    Enhorabuena por el post

    Un fuerte abrazo

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  22. Hola, Fernando:
    el enfoque privado de nuestra vida debe tener su propio vallado, sin duda. ¿Difícil? Seguro que sí, sobre todo para los que lleváis el peso de organizaciones importantes. No obstante -y seguro que estarás de acuerdo- es cuestión de crear hábitos. O, como mejor dices, formarse un plan de vida diario.
    Gracias por tu aportación, Fernando.
    Un abrazo.

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