Si tuviera que seguir la misma línea de los pergaminos en “El vendedor más grande del mundo”, esta vez tendría que hacer apostolado. Ya he comentado en alguna ocasión que soy católico, pero ni creo que este de las ventas sea el marco adecuado para ello ni tengo la suficiente formación para entrar en debate. Además, las creencias son tan personales como respetables: me parece muy bien que las personas traten de inculcar valores a través de la red, porque seguro que creen que son aquellos que les representan, aquellos con los que se identifican y aquellos que piensan que pueden aportar beneficio a los demás, pero cada uno tiene la libertad de seguir en conciencia determinadas convicciones o no seguir ninguna.
Tengo amigos sacerdotes y amigos ateos. Tengo amigos musulmanes, uno judío y otro budista (chino, desde luego).Y resulta que existe una característica común en todos mis amigos, creyentes o no creyentes: saben que si algo nos humaniza en nuestra vida cotidiana es el amor. El ser humano ha construido, construye y construirá grandes cosas. A lo largo de muchísimos años ha empleado letra y ciencia para evolucionar. Ha profundizado en el pensamiento para crecer interiormente y distinguirse del animal primitivo. Pero toda persona está en el mundo principalmente para amar. ¿Para qué narices, si no?
Tengo también un amigo que más que biólogo es un pensador. Y me mandó hace unos días un artículo que publicó en prensa y que precisamente viene al pelo con la orientación que he escogido en este artículo:
EL HOMBRE AFLIGIDO
Mucha tinta llevamos derramada desde antiguo, desde los griegos, acerca de la vida humana lograda, la eudaimonía, la felicidad. En la modernidad, han surgido dos grandes figuras. Por una parte Kant y el racionalismo, con una fractura radical entre conocimiento científico, que es lo racional; y lo demás, que sería irracional, y por tanto, subjetivo, fideísta. Es imposible el conocimiento racional del sentido y la moral. La razón debe cesar su búsqueda de lo trascendente, porque es inasible. No hay posibilidad de acceso a Dios, y sin Dios a lo más humano. Sólo queda el deber por el deber. Únicamente una razón práctica admite la necesidad de la fe: como si el hombre tuviera un gen religioso para poder funcionar en comunidad y no desmadrarse y extinguirse en luchas intestinas. Hegel lo maximizó: sólo lo racional es real. Sólo lo que comprendo es cierto; lo demás, no existe. No hay ya asombro, admiración, misterio. Sugerentemente científico.
Frente a este ideal racionalista, otro autor, Nietzsche, dirá que eso son pamplinas: el hombre es un ser que se forja a sí mismo. Dios no es que sea incomprensible, es que sencillamente ha muerto, es un cacharro viejo en el trastero de la historia. Sólo queda la supremacía de la voluntad y de la acción. El superhombre que se impone. La superioridad de la fuerza. Sugerentemente exitoso.
Ante el homo rationalis, se sitúa el homo volens. Pero la experiencia histórica, frente al fracaso del mito del progreso en la diosa razón y de la superioridad del más fuerte, sólo ha dejado paso a un desvaído homo affectivus, la persona afectiva, sensitiva, emotiva, influenciable, impresionable por su medio circundante, más cercana a la voluptuosidad caprichosa que a la sabiduría humana. Es, en consecuencia, un homo afflictus, un ser afligido y profundamente vulnerable, incapaz de asumir la frustración. Es el sinsentido de quien ahora quiere una cosa, luego otra o incluso su contraria: la contradicción permanente; el no saber lo que se quiere; y así, de tanto querer sin querer se fragmenta nuestro yo, se vapulea la vida.
Frente a este trilema deshumanizado, carente de unidad, se alza con fuerza el amor, el querer racional y afectivo, como la clave en la que enclavarnos, si no queremos disgregarnos y con nosotros a los que nos rodean.
Estos días, varios amigos me han comunicado situaciones matrimoniales delicadas. Lo común a todos ellos, es que no entienden nada, no se entienden a sí mismos, no entienden lo que les pasa y por qué les pasa, no entienden a su pareja. Falla la inteligibilidad amorosa; falta un proyecto común; un ir juntos a; falla la acción amorosa, la dirección y el sentido. Descubrir a dónde vamos, qué queremos hacer, y sobre todo para qué y quiénes sirve mi vida. Nos falta esa claridad amorosa de que quién busca su felicidad, no la logrará nunca: está condenado al fracaso. El que busca la felicidad de los demás, ése la conseguirá. Quizá es lo que nos pasa.
Grupo de Estudios de Actualidad
De modo que en vez de hablar de Dios, como sugiere Mandino en el pergamino nº 10, he escogido enfocarlo hacia el amor (aunque entiendo que, en cierta manera, también es lo mismo pero ese es otro asunto)
Ahora bien, dado que en los comentarios de Mandino siempre he incluido un video con intención de relacionarlo con el artículo que escribía, me van a perdonar que en esta última ocasión ponga “el mío”, ese al que yo puse la locución (sí, ya sé que el enlace está ahí arriba y seguramente muchos ya lo habrán visto, pero me apetecía que formase parte de alguna entrada).
Y como estamos en materia, a los católicos les diré que es una forma de ganar el jubileo; a los no católicos o no creyentes, que toda fiesta y su tradición amplía experiencia, conocimiento y cultura. Yo sí apareceré este año por Caravaca de la Cruz (además, Santiago de Compostela ya tiene muchísima promoción).
Seguro que seremos bien recibidos.
Pues no sé yo Germán... desde el punto de vista de esta atea escéptica y recalcitrante, pamí que si hay algo que la historia ha dejado clarinete es que el ser humano por más que nos empeñemos, no es monógamo... Y en todo caso, si lo fuese o seriese,que ya sabe vd. de mis tendencias hacia los palabros, sería un monógamo sucesivo que es una buena y lícita forma de no complicarse la peripecia vital correspondiente en exceso...
ResponderEliminarPor lo demás, totalmente de acuerdo con esa libertad de enfoque que mencionas amigo. Allá cada cual... y que cada mochuelo aguante su vela.
En donde no nos vamos a encontrar es en Caravaca, ya que a pesar de ser una hereje de vocación, aqui la que suscribe este año se va a hacer los últimos 150Km del Camino a pie y en soledad, por lo de ampliar conocimiento y tradiciòn. En todo caso buen viaje caminante!!
Y un abrazo.
Hola Germán
ResponderEliminarComo bien dices cada cual puede creer o no creer, y yo como tu tengo amigos al creyentes, no creyentes, agnósticos, de todas las razas y colores a los que guardo con celo, porque todos me han enseñado algo valioso, y demostrado que el amor está por encima de nuestros propios razonamientos y creencias.
Hegel “sólo lo racional es real. Sólo lo que comprendo es cierto; lo demás, no existe”.
Yo hay muchas cosas que no comprendo y no por eso dejan de existir. Hace falta una dosis de humildad frete a soberbia.
Nietzsche: El hombre es un ser que se forja a sí mismo. Dios no es que sea incomprensible, es que sencillamente ha muerto.
Habrá muerto para unos y para otros no. hay millones de creyentes de distintas religiones.
Lo que tengo muy claro es que hay que decir lo que se siente y se piensa con cariño con respeto y con esperanza, y tú has cumplido con esta premisa con creces.
El video lo he vuelto a ver y constato que me ha gustado mucho.
Un abrazo
Bueno German...no dejas de sorprenderme y yo seguiré en mi línea de salirme de lo habitual.
ResponderEliminarNo me pronunciaré de un lado ni de otro con respecto a temas religiosos o de creencias.
Sin embargo al ver el titulo de tu post he dicho ¡¡¡¡ANDA!!!! y que hace Caravaca por aquí....y luego he descubierto tu voz....fantástico.
Mi ¡¡¡¡ANDA!!!! Va asociado a que es mi segunda tierra....la que llevo en el corazón desde los 11 años. La vida nos llevó a mi padre y a mi a descubrir un pueblo lleno de virtudes, de gentes, de cultura, de misterios, de alegría callejera, de amigos, de aprendizaje, de experiencias....
Vuelvo cada mayo...mi agenda no tiene otro compromiso que vivir del 30 de abril para tomarme una buenas migas con amigos al cinco de mayo pasando por el 2 de mayo y los Caballos del Vino.
No puedo dejar de decir que si uno tiene la oportunidad de ir y de vivirlo lo haga una vez en la vida...como los San Fermines, La Feria de Abril, o cualquier festividad que admire o disfrute.
Caravaca es mucho más, está abierta a todos. ...los ateos, los católicos, los budistas, los musulmanes, los judíos....
Lo expresaré mejor....Es una ciudad abierta a las personas y no me olvido de las sonrisas de su gente.
Os dejo un enlace con otra visión de lo mismo reflejado en tu video...siento que no esté tu voz...
Son del último Año…os invito a verlo hasta el final, veréis reflejados los más de cien caballos que salen a la calle el día 2…fijaros a mitad del video en la gente, la multitud, las caras y la alegría…es una fiesta para todos, niños, adolescentes, jovencitos como yo de los 40 y maduritos…
http://www.youtube.com/watch?v=cuOC5yKYsb0&feature=related
Estáis todos invitados en algún momento de vuestra vida….un beso para todos.
Hola Germnán:
ResponderEliminarBrillante post, sí señor. Tengo que confesarte que me está dando mucho que pensar. Yo soy como tú, católico, y he tenido la suerte también de convivir con gente que confiesa una religión distinta a la mía o que incluso no cree. Uno de los momentos de mayor espiritualidad que he vivido fue en El Cairo en sus innumerables mezquitas. Como bien apuntas, yo creo que el amor es la respuesta y que, efectivamente estamos aquí para amar.
Que uno llegue a esa conclusión a través de diferentes manifestaciones religiosas, de la ética o de la moral, pienso que es indiferente. La religiosidad, connotaciones culturales al margen, es un fenómeno basado en experiencias de cada uno a la luz de la fe, y aquel que no pueda sentirlo, jamás podrá comprenderlo.
Nieztsche siempre me ha encantado. Nunca he compartido casi ninguna de sus opiniones, pero me ha parecido un filósofo súper interesante. ¿Existen fenómenos morales, o fenómenos moralmente interpretados? Ahí te dejo la pregunta...
Un fuerte abrazo
Amigos, os pido disculpas por tardar tanto en la contestación a vuestros comentarios. No os voy a referir todo lo que me ha condicionado el retraso, pero me ha tenido despegado de las cosas de la red.
ResponderEliminarHola, Cristal00k:
ResponderEliminartendencias antropológicas aparte, querida amiga, no estoy tan de acuerdo con la primera parte de tu afirmación aunque coincido con la segunda y a las estadísticas nos remitiríamos. No obstante, los habemos de todos los colores (jejeje). Por eso coincidiremos siempre en tu segundo párrafo. Y en cuanto a lo de tu ateísmo recalcitrante, lo celebro. Porque los recalcitrados (no es un palabro, pero casi) me caen genial: saben lo que quieren y lo que no quieren. Y así volvemos a tu segundo párrafo.
Me encanta hablar contigo, a pesar de sutiles diferencias.
Un abrazo, amiga
Hola, Katy:
ResponderEliminargracias por expresarlo de esa forma. La vida de las personas (su "parte de fuera y de dentro") es efectivamente de cada cual y por ello no excluyente -yo lo pienso así-. Tenemos una sola vida y en nuestra responsabilidad queda llevarla a cabo sumando o separando. ¿La llave? Pues esa: el cariño, el afecto, la concordia...
¿Dios ha muerto, dice Nietzsche? Eso no es algo que pertenezca a la generalización, ¿verdad? Lo bueno es que todos tenemos la facultad de responder haciendo introspectiva.
Me alegro de que te haya gustado por segunda vez, Katy.
Un abrazo.
¡Vaya, Begoña! No sé quién sorprende más a quién, la verdad. Porque al fin y al cabo, yo no soy el de Caravaca, sino tú (por la forma en que cuentas las cosas, no me cabe duda de que es también tu tierra).
ResponderEliminar¡Que caballos más impresionantes! En el vídeo no se ve como se pueden ver en esas fotos. Desde luego, la fiesta de los Caballos del Vino tiene que ser inolvidable. El 2 de mayo cae en domingo: espero poder estar. Pero un día u otro, apareceré por Caravaca.
Gracias por invitarnos a tus fiestas, Begoña.
Un abrazo.
Joé, Fernando, vaya piedra acabas de soltar (jejeje). Si tuviera que responder según Descartes diría que existen fenómenos morales (después de su duda metódica se concluye que la verdad está en todo lo bueno) y el fenómeno moralmente interpretado recae más en el racionalismo. Pero como no soy conocedor de estas cosas diré que el hombre actúa nadando en la dicotomía razón-moral (o corazón) intentando conjugarla cuando es posible. En fin, veo que coincidimos en más cosas lo cual celebro sinceramente, aunque acuerdo con los contertulios que en esas cosas allá cada cual: las cosas de la fe pertenecen a cada uno y al destinatario de su creencia.
ResponderEliminarUn abrazo, Fernando.
Gracias por ser tan comprensivos. No he podido pasarme por vuestros blogs, pero prometo hacerlo en breve.
ResponderEliminarUn abrazo a todos.
Hola Germán:
ResponderEliminarComo todos, tengo amigos de cualquier religión, ateos etc... Es curioso, pero en todos los viajes que he hecho, no he enciontrado una sociedad atea. Todas, absolutamente todas tienen una creencia en un ser superior (llámese Dios, dioses, etc...) como si formase parte de la naturaleza humana. Para mi, eso forma parte de la "lógica humana".
Y lo de Caravaca, pues dan ganas de ir. Así que será otro de los asuntos pendientes.
Un abrazo
Hola, Fernando:
ResponderEliminarque el hombre se aferre a la continuidad de otra vida por el simple motivo del temor, la aspiración o un mero "rendimiento de la inversión" por los años pasados en este mundo se reduciría a un recurso racional. Pero las creencias, la fe, no forman parte de la lógica humana porque lo que la razón conoce es limitado. No creo que podamos justificar con el razonamiento un por qué posterior: imagina los ridículos "¿y si...?" o "¿y qué pasará cuando...?". Todo lo que tenemos son interpretaciones y por ello cada uno debe vivir su vida interior consigo mismo o no vivirla, que para eso el hombre es libre par elegir.
Yo no conozco Caravaca pero por motivos obvios tengo ganas de conocerla.
Un abrazo y gracias por comentar, Fernando.
(¿Qué ha pasado? El sistema pone ahora mi nombre completo, elimina mi foto por el logo de blogger y me exige una palabra de verificación... ¡y yo no he modificado nada!)
ResponderEliminarHola Germán:
ResponderEliminarYa me había dado cuenta del sutil cambio en tu nombre pero pensaba que era voluntario y he pensado, vaya, al amigo Germán le ha salido el complejo de Electra. No sé cómo solucionarlo pero seguro que pronto llegará el 7º de Caballería.
Y yendo al meollo. La segunda mujer de mi abuelo (que no era mi abuela pero a la que quise como tal) era de Caravaca. Nunca nos propuso que fuéramos ni que la lleváramos y creo que se murió sin volver a verla. Nunca hemos sabido el por qué.
Yo, como mi amigo Nemo, he pasado periodos de fe y no fe en todos los casos larguísimos. Ahora estoy "switcheado" en off y por ello admiro tanto a los que sí creen. Fíjate, no sólo no tengo nada en contra sino que les admiro y más si hacen demostración de ello. Llámame incongruente.
Un abrazo.
Hola, Josep:
ResponderEliminarsi te digo el motivo del asunto ese del nombre, voy a parecer un... ¡qué narices, si de sobra es sabido!: resulta que había entrado a la cuenta con la otra dirección de correo y no me había dado cuenta.
Bueno, en cuanto a tu estado de conexión o no, lo que al final vale es cómo te sientes y percibes -o no-. En el fondo , eso es como el amor al cónyuge: cuando se trata y se mira buscando todo lo bueno y pasando por alto las imperfecciones y carencias, la llama se mantiene viva. Unas veces más candente y otras menos, pero se mantiene al fin y al cabo. Verás, cuando yo he pretendido aplicar razonamientos a una fe, he caído en que si todo ello fuera racional anularía la fe porque todo tendría su explicación demostrada y ya no habría creencia por evidencia. Además, si así de evidente fuese borraría toda libertad del hombre (a ver quién sería el guapo que viviera de espaldas a la seguridad de que se iría directo a una "chirona celestial"). No, tú y yo tenemos la libertad de creer, de interpretar, de vivir según nuestras convicciones -la de que sí y la de que no-. Y de momento, mientras llegue lo que tenga que llegar, nos acogeremos a nuestra entrega aquí abajo a los demás (en la medida que nuestra conciencia nos exija).
Yo también admiro y aprecio a los que no creen en nada, porque son consecuentes con sus no creencias y porque (generalmente) respetan las de los demás.
Un fuerte abrazo, Josep.